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Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
flaquezas. . . . --Hebreos 4:15. Una vez escuché el siguiente
comentario acerca de una persona que siempre estaba haciendo críticas:
"Su problema es que se le ha olvidado lo que es ser humano." ¡Con
qué facilidad olvidamos nuestras luchas pasadas y nos volvemos
indiferentes hacia los que hoy tienen luchas! Sin embargo, hay
uno que no ha olvidado lo que es ser humano: Jesús. En Hebreos
2:9-18 "vemos" la humanidad de Jesús más plenamente. Como hombre,
pudo, por la gracia de Dios, experimentar la muerte en lugar nuestro.
Y durante su vida terrenal, Jesús fue hecho perfecto por medio
de sus sufrimientos (v.10). Pero hay más. "El que santifica como
los que son santificados, son todos de un Padre". Por esta unidad,
Jesús no se avergüenza de llamarnos hermanos y hermanas (v.11).
En un cuerpo como el nuestro, Jesús vivió, trabajó y superó todo
obstáculo posible; o sea que Él sabe lo que es ser uno de nosotros.
Habiendo pasado por todas estas experiencias sin pecar, luego
fue al cielo y ahora es nuestro Sumo Sacerdote accesible en el
trono de la gracia (vv.17-18; 4:14-16). Todos necesitamos a alguien
que sepa lo que es ser humano y que al mismo tiempo tenga un poder
sin límites para ayudarnos a vencer nuestras debilidades humanas.
Jesús es esa persona. Él anhela escucharnos pronunciar su nombre
y pedir su ayuda. --
JEY
NADIE ENTIENDE COMO JESÚS.
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